Es un procedimiento mínimamente invasivo en el que se inyecta un activo, como el ácido hialurónico, para hidratar, suavizar y rellenar la piel del rostro, mejorando su apariencia.

Gracias a los fillers de ácido hialurónico, fortalecemos y rejuvenecemos la piel. De una manera sencilla, conseguimos realzar el volumen perdido, definir el contorno facial, reducir las arrugas y aportar hidratación a la piel. Además, podemos corregir los pómulos, el mentón y los labios.

Cualquier hematoma o hinchazón causado por el relleno en las mejillas debería desaparecer en unos días. Para acelerar la recuperación y mejorar los resultados, su proveedor puede recomendar lo siguiente durante varios días: evitar aplicar maquillaje o lociones durante varias horas y evitar tocar las áreas donde se realizaron las inyecciones.